Te lo dije con el corazón en la mano, te miré con lágrimas de sangre, suplicó mi voz de lamento, clamó mi alma a tu abrazo, tocó mi ser tu color, mi aliento cesó por tu presencia, te amé como si no hubiera mañana.
Yo no puedo contar tus palabras, no puedo compartirles a todos lo que hablaste, no me atrevo a delatar tan vil ilusionista, no tengo alma para desbaratar tu teatro lleno de fama.
Dejaré eso a la historia, que te hará caer en tu propio fondo y en tu propia soledad y entonces sentirás minimamente lo que por vez primero significó para mi la dependencia de mi felicidad de un ser inicuo, mejor me hubieras matado porque dejarme viva solo me permitirá hacerte recordar que te perdiste de ser feliz, completo y de aprender a ser un ser humano.
no se de donde salió, seguramente del dolor inexistente en mi corazón pero presente en mi memoria...
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