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jueves, noviembre 10, 2011

Darío...


Crecimos distanciando nuestros corazones, abandonamos las raíces del sentimiento, creímos haberlo enterrado en el patio trasero, y cubrimos con polvo la huella del recuerdo.

Temporal, así fue el momento que duró la ausencia, estás despierto en la esencia de mis días, añorando el instante de oler tus cabellos y rozar tus mejillas, he descubierto las ganas de vivir, de sentir de saber que una mirada la espina de la añoranza manifiesta que tu, tras el ocaso has venido a rescatarme de mi agonía.

Es un nuevo día, un amanecer etéreo que amenaza con estremecerme en tu paciencia, en tu ternura, en las frases delicadas de tentación. Hoy anhelo, solo un instante sublime, para juntar las almas que se extraviaron en el tiempo.

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